Informe Final de Practica IV y Residencia

Introducción

“Conversar con un/a docente o con un grupo de docentes supone una invitación a escuchar historias, un convite a sumergirnos en relatos que narran experiencias escolares y las sutiles percepciones de quienes las viven, una oportunidad para comprender e introducirnos en el universo de prácticas individuales o colectivas que recrean vívidamente, con sus propias palabras, en un determinado momento y lugar, el sentido de la escolaridad.
Contándonos historias, esos/as docentes interlocutores y relatores nos revelarán las reflexiones y discusiones que estas experiencias propiciaron, las dificultades que encontraron en su transcurso y las estrategias que elaboraron para obtener ciertos aprendizajes y logros escolares en un grupo particular de los/as alumnos/as.”[i]
Destacando los párrafos anteriores, este informe pretende narrar y explicar las experiencias vividas en la última instancia de Práctica Docente IV y Residencia, llevada a cabo en el Jardín de Infantes “Bernardino Rivadavia”, situado en barrio Villa Azalais.   La sala (celeste) asignada fue la de cinco años del turno tarde y la docente de sala, Ana Laura Ligorria; con la debida justificación y argumentación de los hechos se podrá observar el proceso por el cual se ha transitado.
Esta última instancia de Práctica Docente y Residencia fue verdaderamente una nueva oportunidad para reafirmar ese sentido de pertenencia a la docencia y esa vocación intacta con la cual uno se encuentra cuando entra a una sala. Además, para poder “abordar la complejidad de la práctica integrando los distintos saberes en situación de acción, sosteniendo propuestas de enseñanza que sean coherentes con los conocimientos teóricos adquiridos y con el currículum vigente.” [ii]

Análisis post-práctica
Desde un primer encuentro, en el taller de apertura de la residencia, las docentes orientadoras al igual que la directora nos recibieron de manera muy agradable y abierta. Lo cual permitió un principal vinculo muy positivo con la institución en la cual transitaríamos por mucho tiempo. Esto genero confianza y buena predisposición para el comienzo de dichas prácticas.
El primer día llego, todas con nervios y en mi caso, no fue así. Lo viví muy tranquila y no me sentí nerviosa; pero si con ansias de saber qué grupo nos iba a tocar, como nos iban a recibir los niños y como seria toda esta nueva experiencia para ellos principalmente y para la docente, quien era su primer año en dicha sala y con practicantes.
La primera etapa (tres semanas) fue de observaciones, tanto a la docente como al grupo en total. Lo cual nos sirvió para poder ir conociéndolos más, ver su comportamiento, el trato entre ellos y con la seño de la sala, para conocer las formas de trabajo, la organización de tiempos, espacios y agrupamientos. Dichas observaciones fueron acompañadas de un registro, teniendo en cuenta distintas categorías de análisis lo cual fue más fácil a la hora de “observar críticamente”, poniendo foco en variados aspectos de cada clase.
La etapa de observaciones, también incluyo nuestra participación, en pequeños momentos de rutina. Como por ejemplo en la merienda, ya sea acompañando a la docente, acercándonos a los niños ayudando con sus meriendas a abrirlas, sirviendo jugo, etc. Estos momentos de contacto con los niños fue de gran ayuda para que ellos nos conocieran y entraran en confianza.
A medida que fuimos observando las distintas clases dadas por la docente, comenzamos a distinguirlos entre ellos, aquellos que participan, comentan, charlan, prestan atención y quienes son un poco más distraídos. 
Llegada la fecha de presentación de los informes de Aproximación Institucional y grupal, dimos cuenta que sería una gran herramienta para la hora de planificar las medias jornadas. Las cuales ya estaban organizadas como iban a ser realizadas: la practicante A daría iniciación, experiencia en conjunto, merienda y juego trabajo/juego centralizador o juego en sectores, mientras que la practicante B daría patio, narración, despedida. Y luego, viceversa.
 Con las docentes nos pusimos de acuerdo, ya que ellas eran quienes habían planificado el proyecto “Elaboramos la enciclopedia del cuerpo humano, de nuestra sala”, en cuanto a cómo dar las actividades, proponiendo propuestas desde nuestro lugar, variaciones de las actividades, pero siempre respetando el contenido seleccionado por ellas.  La docente de mi sala, en este aspecto, siempre se mostró muy predispuesta a aceptar las modificaciones o ideas que planteamos con mi compañera. Lo cual fue muy bueno, porque si bien estaba planificado lo que debía darse, el poder incorporar nuestras propias propuestas, nos hizo sentir más cómodas a la hora de dar las actividades frente al grupo. Siempre tuvimos su aceptación y apoyo.
El informe, a su vez, nos ayudó a reconocer las fortalezas y debilidades del grupo, por lo cual a la hora de re pensar las actividades que nos fueron dadas, fue más fácil elaborarlas y dirigirlas al grupo que nos había tocado, además de tener en cuenta (como nos habían contado las docentes) los intereses que surgieron de ellos mismos en una primera etapa del año.
Las semanas de mi media jornadas comenzaron el día 12 de junio se centraron en algunos sistemas del cuerpo (circulatorio y digestivo), además de aprender un poco del funcionamiento de nuestro cerebro, de los sentidos y un tema no menor, la alimentación saludable.
Para la clase del sistema circulatorio, la idea fue presentar una pequeña maqueta del funcionamiento del sistema en sí. Como era la entrada y salida de la sangre al corazón por medio de las venas y arterias (mangueritas) que salían del centro del corazón. Nos ayudamos de láminas, libros didácticos para niños sobre dicho sistema, acompañados de una breve explicación.  
Al igual para el sistema digestivo, armamos una maqueta. Previamente se realizaron los distintos órganos del sistema, se les presento una lámina explicativa donde se dio a conocer el proceso de digestión de los alimentos y luego, entre todos pegamos los órganos en el lugar indicado del cuerpo.
Los sentidos fueron trabajados desde distintos elementos que se les fue presentado en pequeños grupos. La idea fue que entre varios compañeros compartieran la experiencia de poder, ver, tocar, sentir u oler los elementos que se les ofrecieron. Luego para cerrar en una lámina se hizo una correspondencia de figuritas de los órganos intervinientes en los sentidos y destinos elementos. Fue una experiencia directa muy grata ya que los niños pusieron en juego sus propios sentidos.
Para dichas actividades destine tiempo previo de investigación, lectura y selección de información para poder “rescatar” información puntual y significante para los niños. En este dominio de los contenidos que pude llevar adelante, pude entender la importancia de saber lo que se debe enseñar. De esta manera teniendo conciencia de lo que enseñaba y transmitía me sentí mucho más segura de mí misma a la hora de la práctica.
Los recursos, que utilice, como mediadores del conocimiento tomaron mucha significatividad para los niños, ya que eran disparadores para adquirir ciertos aprendizajes significativos, de contenidos teóricos que, sin una transposición didáctica adecuada, no hubiesen logrado por la dificultad de los mismos.
Pasadas las medias jornadas, era necesario realizar nuestra planificación. Donde el “planificar implica:  diseñar propuestas didácticas que cobran significatividad a partir de ser pensadas desde la práctica y para la práctica en pos de su mejora; tener en cuenta algo que ya todo docente conoce: que un niño cuando aprende no acumula o suma nuevos contenidos, sino que aprender es producto de conexiones y relaciones entre lo nuevo y lo ya conocido. Es en esta necesidad de integrar los saberes previos donde reside la importancia de la planificación didáctica para poder garantizar la continuidad en la construcción de conocimientos, teniendo en cuenta que cada niño posee sus tiempos y diversos puntos de partida.” [iii]
Los temas dados por las docentes, enmarcados en una Proyecto Institucional “ATRAER, COMUNICAR, EDUCAR, LOS ESPACIOS CULTURALES: TEATRO, CINE, NARRADORES, MUSEOS”, eran muy abárcativos, elegimos seleccionar uno en específico “El teatro”.  En un primer momento surgió realizar una Unidad Didáctica que según Pitluk la defino como aquella que “implica la organización de la planificación de propuestas a realizar durante un periodo determinado de tiempo, en función de un recorte de la realidad sobre el cual se decide indagar. La propuesta es seleccionar un recorte lo suficientemente significativo para el grupo de niño, indagar sobre los posibles aprendizajes a realizar cuando se trabaja sobre un contexto desde la mirada escolar y determinar cuáles son los aspectos que enriquecerán los aprendizajes de los niños sobre el recorte elegido”.[iv]
El teatro abarcaba distintas áreas a trabajar, un tiempo extenso y al proponer finalizar con una obra de teatro realizada por los niños además de una visita al Teatro Real, nos llevó a tomar una decisión de elaborar un proyecto el cual se nombró “El teatro en la sala”. Sabíamos que iban a ser semanas complejas con actividades muy diversas, ya que primordialmente este tema tocaba la expresión corporal y teatral, algo que no habíamos trabajado con intensidad en prácticas anteriores. Lo bueno es que era todo un desafío para nosotras el sentarnos a planificar actividades de este tipo.
“El Proyecto se organiza a partir de determinados productos a los que se quiere arribar luego de un proceso de elaboración. En otras palabras, los proyectos tienen como punto de partida contenidos contextualizados en el marco de una producción determinada. Los proyectos son “…un modo de organizar el proceso de enseñanza aprendizaje abordando el estudio de una situación problemática para los alumnos, que favorece la construcción de respuestas a los interrogantes formulados por estos…” 
“Tomando palabras de Ana Malajovich, podemos decir que un proyecto cobra sentido cuando los alumnos y docentes se encuentran comprometidos en torno al producto final, lo que implica que para concretarlo será necesario compartir con el grupo de niños la problemática y el producto a alcanzar. De esta manera, el producto final -que podrá ser tangible o no- será una posible solución a los interrogantes planteados, lo que supone una planificación conjunta de las diferentes etapas del proyecto.”[v]
El primer día que comencé a dar clases, como al iniciar la residencia, me sentí segura de sí misma y muy capaz. En ningún momento dudé de mis capacidades, algo que mantuve durante toda la práctica y que me fue muy positivo. Para iniciar el tema se les presento una maqueta representativa del teatro, llevando algunos elementos significativos del mismo (escenografía, actores, etc.) la idea fue problematizar con preguntas para indagar sus ideas previas acerca de dicho lugar cultural. A medida que iban surgiendo dudas, se fueron respondiendo y se fue colocando en la maqueta los elementos significativos.
Como la idea final era realizar una obra de teatro en la sala e ir a conocer el teatro, los niños debían conocer los distintas personas, funciones y roles que cumplen dentro de la obra (director, escenografía, iluminación, actores, publico/audiencia, vestuario[JM1] , etc.), se les explico mediante imágenes y elementos representativos los mismos. Al llegar el tiempo de elaborar y ensayar la obra, ellos eligieron que rol cumplirían en la misma. Se dialogo entre todos, hubo un acuerdo para cada uno de los roles seleccionados.
En las semanas posteriores, a trabajar, informarnos y conocer sobre el teatro, su función y los distintos tipos de teatros; comenzamos a darle inicio a la obra. Se plantearían entre dos opciones para que ellos elijan a su criterio (cuentos tradicionales: los tres chanchitos, Blancanieves) la que les gustase más. Pero llegado el momento, tome la macro decisión de elegir “Los tres chanchitos” debido a que en una instancia de “animación a la lectura” se realizó una dramatización de la historia y fue un momento muy hermoso, donde se pudo observar a los niños, entusiasmados, interesados y motivados por la propuesta, participando todos del momento y disfrutándolo con mucha alegría. Por dicha razón, pensé en que sería buena la idea, ya que ellos conocían la historia, la habían dramatizado y se los vio muy predispuestos en la actividad planteada, pidiéndome repetirla en varias ocasiones.
En una situación de dialogo con el profesor de la materia Teatro, me dio el consejo de proponerle a los niños que incorporasen nuevos personajes, nuevas escenas o un cambio al final de la historia. Esto lo tuve en cuenta y lo puse en práctica con ellos, quienes lograron asombrarme con sus ideas y sus propuestas, terminando con una historia de los tres chanchitos donde el lobo le pedia ayuda a dos brujas malvadas, quienes lo engañaron y enviaron a un cazador para atraparlo.
La historia cambiada por ellos mismos, quedo increíble. Todos quedaron contentos y a gusto. Llego el momento de los ensayos y de la elaboración de la escenografía y vestuario, para que cada uno ejerciera su rol propiamente dicho. En una primera instancia realizamos ejercicios de expresión corporal entre todos, para que quienes además fuesen actores, se distendieran y comenzaran a entrar en confianza. Les gustó mucho los ejercicios y fue muy lindo ver a todos participando desde otra mirada de lo que comúnmente realizaban. Ya que se les dio ciertas consignas que cumplir, pero ellos lo hacían con su impronta. 
La elaboración de la escenografía y vestuario fue pensada para que los niños se sintieran parte de la obra junto con los actores. Todos pudieron participar de distintas actividades que se dieron en torno a esto y se los vio muy interesados en las propuestas planteadas. Desde mi lugar fue positivo ver que las actividades planteadas con ciertos objetivos fueron cumplidas y con más expectativas de las pensadas.
Los ensayos fueron cada día mejores pensados, ya que en un primer momento solo participaban los actores y el resto de los niños que cumplían otros roles, estaban realizando las actividades nombradas anteriormente. Pero en la marcha, fueron surgiendo micro decisiones, por mi parte, de incorporar al resto como “espectadores, publico o audiencia” y ellos, comentaban, daban su opinión de cómo se veía la obra, y surgían así nuevas ideas. Además, se les dio la posibilidad de quienes no eran actores de ensayar la obra, ya que, si se ausentaba un personaje, ellos serían los reemplazos. Esta idea, surgió también en el desarrollo de los ensayos: si uno de los personajes de la obra, faltaba el día de la presentación, cualquiera de sus compañeros podría reemplazarlo sin problemas, porque conocían el desarrollo de la historia.  Entre todos fue como la obra quedo lista para ser presentada.
Debo destacar, ciertas conversaciones que realizaba con los chicos, en el momento previo a actividades o en la iniciación, donde realizaba preguntas acerca de lo visto en clases anteriores, obteniendo respuestas muy positivas e interesadas de los niños. Dando lugar a un repaso de lo presentado, ellos contestaban preguntas acerca de que es el teatro, que podemos presenciar en él, quienes trabajan dentro de él y fue así, como repasando cada día un poquito, comprendí que los niños iban incorporando de a poco lo que había enseñado antes adaptándolo a su manera de entender. Dicho proceso que define “que un contenido que ha sido designado como saber a enseñar, sufre a partir de entonces un conjunto de trasformaciones adaptativas que van hacerlo apto para ocupar el lugar entre los objetos de enseñanza” es conocido como transposición didáctica”.[vi]
La última semana de práctica, se vivía con un poco de nervios por la presentación de la obra y por la mezcla de sentimientos de pensar que quedaba muy poco tiempo para terminar la residencia. Pero a la vez, ansiaba el momento de poder disfrutar de ver el final de algo que fue realizado con muchas ganas, mucho interés y mucho trabajo, de mi parte, pero sobre todo de los niños; esa era mi mayor motivación.
El viernes 29 de septiembre fue la presentación de la obra a los chicos de la sala naranja, días previos habíamos realizados invitaciones para dicha sala y para la directora. Los tres personajes principales se ausentaron, pero sin ningún problema fueron reemplazados. Se armo la escenografía en la sala, los chicos lo observaron y estuvieron muy a gusto con lo que habían realizado. Presenciamos primero la obra de los niños de la sala naranja y luego, nos preparamos para el gran momento. Ayude a los niños a cambiarse con el vestuario indicado y presentamos la obra. Se encontraban también la señorita de Música, la señorita de la sala de 4 años con sus alumnos y las docentes de cada sala, junto a la directora. La obra comenzó, tuvimos un pequeño percance con la escenografía que se despegó, lo cual me desalentó un poco, pero al ver cómo estaban disfrutando todos de la obra y de lo perfecta que salió, gracias a los niños, fui feliz.  
Además de trabajar dicho proyecto durante seis semanas, debimos llevar adelante actividades complementarias en el cuaderno de los niños. Esto si sería un nuevo reto para nosotras, en donde nos encontramos desorientadas ya que ni las docentes de la sala tenían conocimiento de que lo querían plantear, ni ideas. Luego de charlar e informarnos un poco más surgieron algunas ideas que fueron propuestas y aceptadas por ellas. Esto fue algo complejo ya que los niños nunca habían trabajado con el cuaderno ni con las cartucheras. Por ello debimos tomarnos nuestro tiempo, de explicar consignas claras y repetir varias veces.
Una de las problemáticas que surgió durante el desarrollo de estas clases de trabajo con el cuaderno, fue que por querer que todo sea prolijo y entendible para todos, planteé muchas consignas en actividades que eran muy simples. Los niños se vieron perdidos, al igual que yo que en cierto momento si me frustre por estas situaciones que me superaban por no saber enfrentarlas ni tener experiencia previa. Como por ej. Una de las actividades que a la hora de planificar nos pareció muy simple fue la de registrar cuanto niños y niñas estaban presentes. La actividad resulto dificultosa por el hecho de que debí explicarles cómo hacer un cuadro, que luego pude ver que era innecesario; el copiar dos palabras y, además, la consigna en sí que era poder registrar (contar) los niños y niñas presentes.
Fue como entendí que las actividades y/o consignas para los niños de esta edad, por más que creamos que son fáciles, deben estar muy bien pensadas para que tengan el resultado que nos planteemos. Deben ser claras, concisas y no con muchos aspectos a tener en cuenta para ellos (que resultan insignificantes) poniendo como primordial el objetivo de las mismas.
Al igual que las actividades del cuaderno, debimos realizar una secuencia didáctica nombrada “La radio en el Jardín” enmarcada en un proyecto institucional de hace varios años. Se planteo trabajarla todos los jueves de cada semana y trataría diversos temas a “dramatizar” en la sala: informativos, culturares, noticias, entretenimiento, etc.
En la sala, se armó un espacio especial para la radio que llamamos “Radios Los Payasos” y fue así, como empezamos a dramatizar la situación. Se les proponía el tema, se elegían los locutores, musicalistas, telefonistas etc. y desde mi lugar, los ayudaba, guiándolos en lo que debían decir o hablar.  El objetivo era que todos participaran de dicho espacio, dando su opinión o participando en algún pequeño momento. Se vivió momentos muy interesantes y de muy buenas charlas, diálogos entre ellos y en conjunto de la docente de la sala y yo.  
Durante cada una de las clases, fue teniendo en cuenta aspectos como los de agrupamiento, que a mi entender influían en el desarrollo de las actividades ya que por ej. Si en algún caso sabía que había la posibilidad de que dos niños se peleen o discutan, trataba de mantenerlo separados para que cada uno realizara sus actividades de la mejor manera posible. O si existía la posibilidad de sentar a un compañero que comúnmente ayudaba a quienes más se les dificultaba, lo hacía.
En cuanto al tiempo, mayormente lograba respetar los tiempos planificados en sus horarios indicados. Si se presentaba la situación de no llegar con actividades por falta de tiempo, lo retomaba al día siguiente o en otro momento de la misma semana. Si en alguna actividad los niños se tomaban más de lo planificado, trataba de respetar lo que ellos necesitaban para no acelerar sus procesos de aprendizaje.
El espacio fue algo que, personalmente, me gusto modificarlo según las actividades lo permitían. Razonablemente cuando debían trabajar con sus cuadernos o en hojas, lo hacían cada uno en las mesas en un lugar particular, el modo tradicional. Pero por ej. En las meriendas, mayormente me gustaba juntar las mesas para lograr que todos los niños estuviesen juntos entre ellos. Otra oportunidad para cambiar los espacios fue en los momentos de lectura, en vez de realizar la lectura en la sala, visitamos en varias ocasiones la biblioteca del Jardín y comencé a proponer leer los cuentos en el patio, al aire libre.
Cada una de las decisiones que tome fueron en el momento, ya que consideraba muy importante como el grupo se sentía, como estaba y teniendo en cuenta, lo que ellos querían.

CONCLUSION

Para concluir, se puede decir que dicha experiencia fue rica en aprendizajes significativos tanto para una misma como para los niños. La residencia se presentó como una etapa llena de desafíos y expectativas que se lograron cumplir en los momentos indicados. Cada uno de los problemas a enfrentar, se resolvieron de la mejor manera, poniendo en juego los conocimientos aprendidos a lo largo de la carrera y de la capacidad, desde el rol docente, que una va adquiriendo a medida que pasa el tiempo.
Desde un primer momento, la seguridad y confianza en uno mismo fueron factores positivos que llevaron a que la residencia se dé de excelente forma.  Aun así, como todo proceso que se vive y da marcha en el día a día, surgen imprevistos y situaciones que ponen a prueba al rol en el cual se desea formarse; la certeza de poder superarlo es la mayor satisfacción con la que uno puede finalizar el mismo.
El proceso de formación compete tanto errores como aciertos. Está en cada uno, sacar de ellos aprendizajes para toda la vida.  Todo sirve de experiencia, tanto lo bueno como lo malo.
A diferencia de años anteriores, esta residencia se enfrentó desde otras miradas y otras posturas, con más conocimiento que ayudan a la persona a mejorarse en si como un verdadero profesional. La residencia fue la oportunidad para volcar en ella todo esto. Y así fue.


[i] La documentación narrativa de experiencias escolares MANUAL DE CAPACITACIÓN SOBRE REGISTRO Y SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS PEDAGOGICAS Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Organización de los Estados Americanos Agencia Interamericana para la Cooperación y el Desarrollo [AICD]
[ii] EL ANÁLISIS DE LA PRÁCTICA DOCENTE: DEL DICHO AL HECHO” Encuentro Nacional sobre el Campo de las Prácticas 4 y 5 de abril 2011 INFD – Prof. Gabriela Fernández Panizza. Ministerio de Educación – Presidencia de la Nación
[iii] “EL DISEÑO DE PROPUESTAS DE ENSEÑANANZA EN LA EDUCACION INICIAL. Significar la intervención docente desde y para la práctica a partir de la planificación. Repensando las estructuras didácticas: Unidad Didáctica, Proyectos, Secuencias”. MINISTERIO DE EDUCACIÓN SECRETARÍA DE ESTADO DE EDUCACIÓN SUBSECRETARÍA DE ESTADO DE PROMOCIÓN DE IGUALDAD Y CALIDAD EDUCATIVA. AÑO 2013
[iv]  PITLUK, LAURA (2012). “La planificación didáctica en el jardín de infantes. Las unidades didácticas, los proyectos y las secuencias didácticas. El juego trabajo.” Cap. 4. Modos de organización de la planificación en el Jardín de Infantes.

[v] “EL DISEÑO DE PROPUESTAS DE ENSEÑANANZA EN LA EDUCACION INICIAL. Significar la intervención docente desde y para la práctica a partir de la planificación. Repensando las estructuras didácticas: Unidad Didáctica, Proyectos, Secuencias”. MINISTERIO DE EDUCACIÓN SECRETARÍA DE ESTADO DE EDUCACIÓN SUBSECRETARÍA DE ESTADO DE PROMOCIÓN DE IGUALDAD Y CALIDAD EDUCATIVA. AÑO 2013


[vi]  Chevallard Yves. (1998) La Transposición Didáctica. Del saber sabio al saber enseñando.  Editorial Aique.


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